Lea a continuación una carta de la Dra. Bakeyah Nelson, Directora Ejecutiva de Air Alliance Houston, en respuesta a las manifestaciones que recorren el mundo por la injusticia sistémica catalizada por la muerte de George Floyd.
Estimados socios y amigos,
Llevo días pensando en cómo empezar esta carta porque los retos a los que nos enfrentamos como personas de color están tan arraigados en todos los aspectos de nuestras vidas. La semana pasada, miré repetidamente a la cara de mis hijos y pensé: ¿cómo se explica el odio a un niño? La devaluación de las vidas de negros y morenos es evidente a nuestro alrededor todos los días. La concentración excesiva de riesgos medioambientales en las comunidades de color, el acceso limitado a servicios básicos como salarios justos, alimentos sanos y atención sanitaria son indicadores que nos recuerdan a diario que las vidas de las personas de color no se valoran.
Hay una incesante cadencia de estrés y trauma que conforma la vida cotidiana de las personas negras y morenas. Los gritos exigiendo acción que emanan de las protestas que tienen lugar en todo el país han sido alimentados por la cruda realidad de que el racismo impregna nuestras vidas. Esto determina cómo nos percibe la gente y cómo deciden interactuar o no interactuar con nosotros. Va mucho más allá de que se nos conceda el beneficio de la duda cuando caminamos por un barrio de una comunidad a la que "no pertenecemos". Permite que se tomen decisiones irreflexivas sobre nuestras comunidades, como dónde colocar la próxima cementera o si se amplía una autopista que provocará el desplazamiento de barrios enteros.
El asesinato de George Floyd ha provocado la ruptura de heridas raciales graves e inadecuadamente tratadas. Durante años, a las comunidades de color se les han ofrecido intentos aletargados que pretenden abordar los síntomas del racismo en lugar de las causas profundas. Aunque la gente de color lleva años denunciando estas injusticias, las protestas están dejando claro ahora en todo el mundo que las laceraciones raciales de Estados Unidos son demasiado profundas para seguir ignorándolas. El remedio pasa por el compromiso de desmantelar las políticas y prácticas de todos y cada uno de los sistemas que hacen posibles las condiciones que producen resultados desiguales, incluida la pérdida de nuestras vidas.
Sin embargo, también es importante dedicar tiempo a sentir la pena, el dolor y la frustración de las comunidades que durante demasiado tiempo han sido explotadas, ignoradas y deshumanizadas. Es hora no sólo de tener compasión por el sufrimiento de nuestros semejantes, sino también de tomar medidas intencionadas para reconciliar la desconexión entre los ideales que Estados Unidos ha propuesto y las injustas realidades a las que nos enfrentamos a diario. Preservar significa mantener a salvo de lesiones, daños o destrucción. Preservar las comunidades de color requiere un movimiento de personas comprometidas que se proponga abordar todos los factores que crearon y perpetúan las condiciones a las que nos enfrentamos hoy en día.
Para Air Alliance Houston, esto significa seguir abogando por cambios sistémicos que pongan fin a la colocación desproporcionada de peligros medioambientales en las comunidades de color y cerca de ellas. En esta coyuntura de nuestra historia, es y seguirá siendo fundamental que todos redoblemos los esfuerzos para garantizar la preservación de las personas de color, de modo que cada persona tenga una oportunidad justa de perseguir la vida que desea.
Atentamente,
Bakeyah S. Nelson
Directora Ejecutiva
Air Alliance Houston